YA ESTAMOS DE VUELTA!!!! y comenzamos el mes de Febrero 2018 dando
buenas noticias: próximos cursos de socorrismo acuático, temario muy
completo e impartido por profesionales del sector. Llama y reserva tu plaza!
Uso del DESA (Desfibrilador externo semiautomático)
Usted está en la cola del cine, y el señor de delante se desvanece
llevándose la mano al pecho. ¿Un infarto? En una hornacina, el
establecimiento tiene un desfibrilador. Usted lo coge y lo aplica. El
hombre supera el infarto. Y usted puede ser sancionado. Salvo que sea un
sanitario o demuestre que ha seguido una formación específica. El uso
de estos aparatos está restringido a expertos en todas las comunidades
menos País Vasco, Andalucía, Cataluña y, a partir de octubre, Canarias.
En Madrid no se sabe: desde 2009 cuando se emitió la legislación
estatal, la comunidad no ha regulado el uso de estos aparatos.
El
vicesecretario de la Sociedad Española de Cardiología y presidente del
Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar, Ignacio Fernández
Lozano, usa la palabra despenalizar para referirse a esta situación. No
lo entiende. "Son aparatos muy seguros donde una voz guía los pasos.
Hasta un niño de siete años sabría usarlos", dice.
La utilidad de estos aparatos es clara. "La probabilidad de
sobrevivir a una parada cardiaca en la calle en España es del 5%. Como
cada año se producen unas 30.000, eso quiere decir que se salvan 1.500",
dice Fernández Lozano. En otros lugares, donde los desfibriladores en
lugares públicos son más abundantes y más accesibles, el porcentaje es
muy superior. "El 30% en Ámsterdam, y el 60% en los colegios mayores de
EE UU, donde todos, alumnos y profesores, han sido entrenados", afirma
el cardiólogo.
La formación es el punto clave. En el real decreto 365/2009,
el Gobierno establecía que las comunidades dispondrían que los
desfibriladores podrían usarlos "todas aquellas personas que estén en
posesión de los conocimientos mínimos y básicos necesarios para ello". Y
así lo hicieron todas las comunidades (menos Madrid, que no ha hecho
nada al respecto). Pero, con posterioridad, unas cuantas lo han
modificado.
Andalucía admite que lo use cualquiera
si no hay un responsable, siempre que se avise a urgencias. La razón es
de peso —y aplicable a todas las comunidades—. "La aplicación de la reanimación cardiopulmonar (RCP) y desfibrilación en los primeros 3-5
minutos tras una PCR puede producir tasas de supervivencia del 49-75%.
Cada minuto de retraso en la desfibrilación, se reduce la probabilidad
de supervivencia hasta en un 10-12%,", afirma. No tiene sentido esperar a
que llegue un experto.
Cataluña va en la misma línea.
Si hay un especialista, que lo use él, pero, si no, "cualquier persona
puede aplicar la desfibrilación con finalidades terapéuticas". El País
Vasco afirma que "podrán ser utilizados por personal no sanitario" en contacto con urgencias. Canarias ha sido la última en decidir que hay que "facilitar el acceso público a la desfibrilación como medio para aumentar la supervivencia de la parada cardíaca".
En España hay 1,7 desfibriladores por cada 100.000 habitantes; en Japón, 47 y en Francia, 15,7
Para Fernández Lozano, este es el camino. Con la regulación existente
"se quisieron poner estupendos y han querido legislar para un mundo
ideal que no funciona", afirma. "El real decreto de 2009 es un error".
El médico diferencia entre lugares cerrados que obligatoriamente
tengan desfibriladores (un centro comercial, un estadio), y que deberían
contar con personal especializado en su uso, y otros que pueden estar
en estaciones de metro, de autobús o en un comercio por iniciativa de su
dueño, que cualquiera los debería poder usar. Claro que el acceso no es
el único requisito. Hace falta también tener un registro de los
dispositivos disponibles, y unificar los criterios para que sean
obligatorios.
Fernández Lozano insiste en que su utilización es muy sencilla (el
aparato estándar tiene una locución que guía los pasos de quien lo usa,
empezando por detectar si lo que ha sufrido el posible afectado es un
infarto o no). Y la tecnología hace que se vaya más lejos aún. B-safe,
por ejemplo, ha patentado un aparato que, además de la grabación,
incorpora un sistema de revisión continua para detectar, por ejemplo, si
el aparato está sin batería o con los electrodos caducados. También
tiene un localizador para saber seguro dónde está. Y se conecta
automáticamente con una centralita, operada por una compañía de seguros,
donde un especialista puede orientar al usuario, aparte de que se
encarga de aspectos como comunicar en el acto que hay un incidente,
indica el director de la empresa, Nuño Azcona.
En cualquier caso, mientras la legislación se adapta a lo que opinan
los especialistas, si alguien se desvanece delante de usted en la cola
del cine no lo dude: use el desfibrilador. "Nunca dejaríamos que
condenaran a alguien por eso. Nos echaríamos encima", zanja Fernández
Lozano.
Si te ha gustado: Comparte el uso del desa, es fácil de usar y pudes ayudar a salvar una vida.