A juicio la muerte de una niña ahogada en la piscina de Ripoll
Cinco empleados de la instalación están acusados por homicidio imprudente
La titular del Juzgado de Instrucción 1 de Ripoll (Ripollès) ha
enviado a juicio a cuatro monitoras y al director de la piscina
municipal de Ripoll por la muerte de una niña de cuatro años que murió
ahogada durante un cursillo de natación en mayo de 2017. El auto, que
pone fin a la instrucción, ve indicios de “homicidio por imprudencia
grave” porque ese día no había “personal haciendo funciones de
socorrista ni en la piscina pequeña ni en la grande”, entre otras
carencias, y hace responsables civiles de lo ocurrido al Ayuntamiento de
Ripoll y al Departamento de Educación. Según el auto, los indicios se
desprenden “del atestado e informes periciales de los Mossos, de las
declaraciones de los investigados, testificales y del resultado del
informe médico forense”.
La pequeña falleció el viernes 19 de mayo de 2017.
Ese día, 27 alumnos de P4 de la Escuela Pirineu de Campdevànol fueron a
hacer un cursillo de natación a la piscina. Según se describe en el
auto, la sesión era de 50 minutos, estaba programada a 10.50 y dividida
en dos partes. La primera, de 40 minutos, era de actividades dirigidas
por cada monitora a un grupo de niños. Posteriormente, los menores
disponían de 10 minutos de juego libre “en los que todos se agrupaban en
la piscina pequeña”.
La juez considera acreditado que ese día Eva B.R. tenía asignadas las
tareas de socorrista de 09.45 a 11.45 horas, turno que coincidía con el
curso. Pero como faltaba una monitora para dar el curso, “pasó a cubrir
esta vacante de monitora y no de socorrista”.
Ese día fueron a la piscina 27 niños acompañados por dos profesoras
de la escuela y otras dos en prácticas. En la piscina se hicieron cargo
de ellos 4 monitoras. “No había personal realizando las labores de
socorrista ni en la piscina grande ni en la pequeña”, destaca el auto.
Relata la juez que “ninguna monitora ni profesora advirtió la ausencia
de la pequeña” hasta que el resto de niños ya se habían puesto los
albornoces y se dirigían a los vestuarios. En ese momento una de les
profesoras vio un albornoz y unas chanclas en el banco de piedra donde
los niños dejaban sus cosas, fue al vestidor a ver si estaba la niña,
pero una de las monitoras la encontró flotando en la parte profunda de
la piscina pequeña.
“Negligencia grave”
Respecto al director de la piscina, Jordi G.C., el auto concluye que
“incurrió en una negligencia grave”. Detalla varias razones, entre ellas
que el informe de los Mossos aprecia una “deficiente visibilidad de la
parte profunda de la piscina pequeña”. Sumado a que el día de los hechos
“no había el personal socorrista” obligatorio en este tipo de
instalaciones debiendo incluso reforzar su presencia “cuando se llevan a
cabo actividades con niños de tan corta edad que se inician en la
natación”. Determina la juez que la situación que se vivió, de falta de
una de las monitoras, que hizo pasar a la socorrista a cubrir esta
vacante y dejar la piscina sin socorristas, “no fue imprevisible”,
porque como mínimo se sabía des del día antes.
Ahora se abre un periodo de 10 días para que Fiscalía y acusaciones
particulares decidan si acusan o no y en el caso de hacerlo manden su
escrito de acusación
Socorristas: los ahogamientos de niños son totalmente evitables
Cada una de las cinco muertes de niños por ahogamiento registradas en
2017, todas ellas en piscinas, habrían sido “totalmente evitables” si
los adultos hubieran extremado la vigilancia sobre ellos, advierten
desde la Federación Española de Salvamento y Socorrismo
“El primer consejo es no perderle nunca de vista, bajo ningún concepto. No sólo cuando se está bañando sino cuando está jugando cerca del agua”, subraya Ana Domínguez, Coordinadora de la Comisión de Prevención y Seguridad de la Federación.
Desde el pasado 1 de enero han fallecido ahogados siete menores de edad: dos tenían 17 años y murieron en un puerto y en una playa,
y los cinco restantes tenían menos de 4 años y fallecieron en piscinas
particulares (2), otros tantos en albercas privadas y una niña en una piscina municipal vigilada.
¿Y por qué todas estas muertes de niños se han producido en piscinas?
Según Ana Domínguez porque en estos recintos acuáticos se crea la “falsa sensación de que son más seguros” que una playa, por lo que se relaja la vigilancia sobre los pequeños.
Entre las principales causas de estos sucesos están los incidentes con hinchables,
como flotadores o colchonetas, que se dan la vuelta y causan
“ahogamientos muy rápidos en unos pocos segundos” y el niño no es capaz
de recuperar la verticalidad, así como “los resbalones con caída al agua”.
Por ello, los expertos en socorrismo y salvamento recomiendan que se cerquen las piscinas
particulares poniendo una puerta con seguro y demandan mayor formación
en tareas de actuación en casos de emergencia: “los conocimientos de
reanimación se deberían adquirir en las escuelas”, apunta Domínguez.
Según los datos de la Federación, hasta el 22 de mayo se han contabilizado 139 ahogamientos en España
en piscinas, playas, puertos, ríos, albercas, pantanos, balsas,
estanques y otros espacios acuáticos, lo que supone un descenso de un
8,6 % respecto a los 139 que se registraron en el mismo período de 2016.
De ellos, 6 eran menores de edad y la mitad eran menores de 4 años. Estos últimos fallecieron todos en piscinas.
Ahogamientos: los socorristas, socorren y los padres, vigilan
El ministerio de Sanidad ha publicado una guía para familias, en la que bajo el título “Disfruta del agua y evita los riesgos”, aconseja a los menores avisar siempre a sus padres cuando vayan a entrar en el agua o ir siempre acompañados.
La Guía indica que la mayoría de los casos ocurren en el entorno
familiar, en bañeras, piscinas hinchables o privadas y alerta de que un
bebé pueda ahogarse en tan sólo unos pocos centímetros de profundidad.
Y subraya que la misión del socorrista es el rescate y el salvamento acuático, pero la vigilancia de los menores es una responsabilidad del padre, la madre o el tutor.
Además, el ministerio alerta de la gravedad de los “casi
ahogamientos” puesto que algunas de las personas que sobreviven quedan
con daños cerebrales permanentes.
Para Jesica Pino, responsable del Informe Nacional de Ahogamientos de la RFESS, es imprescindible que haya una normativa general
de piscinas, ya que algunas comunidades autónomas “ni siquiera exigen
que haya socorristas en piscinas particulares o en algunas playas”.
Pino es partidaria de que haya socorristas en todas las piscinas,
pero, precisa, que en el caso de que no sea posible, habría que poner
carteles advirtiendo de los peligros, como sucede en las carreteras.
La Federación también demanda una Ley que unifique
las titulaciones de los socorristas porque hay lugares en los que “te
dan un título tras hacer un curso on-line sin haber pisado una piscina”.
En este video se detallan las principales medidas de prevención que los adultos deben considerar al usar las piscinas, especialmente si están con niños pequeños. De esta forma, podrás disfrutar de forma sana y segura de estas vacaciones y del verano.
Los ahogamientos son la segunda causa de mortalidad infantil
Niña con sus maguitos aprendiendo a nadar
Los ahogamientos,
casi siempre debidos a imprudencias y descuidos de los padres y los
niños, son la segunda causa de mortalidad en la población infantil y
juvenil, a pesar de que podrían evitarse en un 80% de los casos, según
ha destacado el coordinador del Comité de Prevención de Accidentes y
Lesiones de la Asociación Española de Pediatría, el doctor Jordi Pou.
Como ha explicado, el mayor porcentaje de ahogamientos se produce en piscinas privadas que, en muchos casos, carecen de las condiciones necesarias para garantizar la seguridad de los más pequeños.
Pou se lamenta especialmente de que no exista un vallado alrededor de
la piscina, que evitaría que los niños pudiesen acceder al agua cuando
no hubiera un adulto presente; y es que se calcula que más del 60 por
ciento de las piscinas privadas no disponen de un vallado apropiado.
Tampoco hay suficientes socorristas vigilando este tipo de
instalaciones, por lo que un menor puede caer al agua sin que nadie lo
advierta; así, en el 88% de los incidentes, los padres o adultos
responsables de la seguridad del pequeño reconocieron que se habían
distraído.
Por ello, el Comité de Prevención de Lesiones ha aconsejado que se enseñe a nadar
a los niños lo antes posible; que se extreme el control sobre los
menores cuando se encuentren cerca de piscinas u otros lugares donde
exista riesgo de ahogamiento; que los niños usen flotadores aunque no se
estén bañando, e instalar vallas de protección que impidan acceder al
menor al recinto sin la compañía de adultos.
El doctor Pou señala que adoptando estas medidas se podrían evitar tanto las muertes por ahogamiento, como las secuelas neurológicas que corren el riesgo de presentar muchos niños que hayan estado a punto de ahogarse aunque finalmente sobrevivan.
Otras prácticas de riesgo, como deslizarse por toboganes y correr o
saltar al borde de la piscina, provocan también un importante número de
ahogamientos en el caso de niños más mayores y adolescentes aunque sepan
nadar. Estos últimos integran, además, el principal grupo de riesgo
cuando se trata de ahogamientos en el mar, sobre todo los relacionados
con el consumo de alcohol.
Deportes acuáticos
La práctica de nuevos deportes, sobre todo acuáticos, está también
relacionada con el incremento de lesiones en la población infantil
La práctica de nuevos deportes, sobre todo acuáticos, está también
relacionada con el incremento de lesiones en la población infantil.
Conducir motos acuáticas, practicar windsurfing, o utilizar piraguas, neumáticos u otros dispositivos hinchables e, incluso, bucear, provocan lesiones graves, que incluyen el ahogamiento, y lesiones músculo-esqueléticas o medulares importantes.
Para proteger a los menores en estas situaciones, Pou recomienda que
no se permita la práctica de ciertos deportes hasta los 16 o 18 años, y
que, en cualquier caso, se utilicen elementos de flotación y se sigan
una normas básicas de seguridad, supervisadas siempre por adultos.
Las lesiones, en general, son la principal causa de mortalidad
infantil en Europa a partir del primer año de vida, por encima de otras
causas como el cáncer o las enfermedades respiratorias.
Estas lesiones son también las responsables de graves secuelas, ya que
la cuarta parte de los niños y adolescentes que son ingresados debido a
algún accidente padecerán serias secuelas en el sistema nervioso
central, como alteraciones en su desarrollo psicomotriz, problemas
músculo-esqueléticos o cutáneos, traumas psicológicos, o trastornos
neurológicos a consecuencia de traumatismos medulares.
-Tratar de mantener la calma. Protegerse y proteger al accidentado, solicitar ayuda al 112 y socorrer a la persona herida.
-Comprobar que la escena donde esta el
paciente es segura. Ser consciente del peligro y esperar a los equipos
de rescate, si es necesario.
-En caso de accidente de tráfico
utilizar prendas reflectantes, y seguir las indicaciones descritas en
Prevención y actuación en accidentes de tráfico.
Qué NO hacer:
-Tener una “visión en túnel”, focalizar la atención a lo más evidente dejando a otros paciente o situaciones sin atender.
-Actuar si no está seguro o no tiene claro lo que puede hacer. No actúe si no sabe como proceder.
-Arriesgar su vida en caso de peligro.
-Administrar medicación que no corresponda al paciente.
Nosotros ya hemos firmado en la iniciativa que lidera Chema Martínez en Change.org para lograr que se apruebe en el Parlamento una ley para que los lugares públicos estén cardioprotegidos.
Consejos Básicos para Piscinas, Playas y Parques Acuáticos
Con la llegada la temporada estival y los viajes de vacaciones aumenta el riesgo de accidentes en el medio acuático. Por ello, a las piscinas y los deportes en el mar habituales durante todo el año, se suman las visitas a las playas, ríos, lagos, parques acuáticos y pantanos.
Probablemente, las autoridades o los responsables del centro hayan advertido de forma directa en la zona de baño o de actividades con un cartel o una nota informativa. Esta información, además de la normativa del lugar, requiere un extra de consejos para evitar ahogamientos, tabla de símbolos, horario de vigilancia o incluso disponga de su propia megafonía y personal socorrista.
Es habitual que estos consejos pasen inadvertidos o sean ignorados por el público
incluso a pesar de ponerlo en varios idiomas, lo cuál hace que la
prevención para estos lugares sea muy escasa por parte del visitante. En
muchas ocasiones, sólo antes desgracias más graves y difusión en los medios de comunicación
la gente es consciente del enorme peligro que acarrea el agua. Los
medios, como pasa frecuentemente, dan la noticia pero olvidan los
consejos para prevenir estos accidentes.
¿Cuáles son los consejos básicos para prevenir accidentes y ahogamientos?
Nunca bañarse solo si no sabes nadar. Si sabes muy poco, muévete en paralelo por la orilla en compañía y nunca te alejes de ésta.
Debes conocer la zona
dónde te estás bañando siempre: profundidad, elementos peligrosos, olas
y corrientes, temperatura del agua, contaminación, fauna y flora que
habita. Infórmate.
Antes de entrar directamente al agua, mójate progresivamente para que tu cuerpo se adapte a la nueva temperatura.
Hazlo mojándote muñecas, nuca, hombros, espalda y por último el pecho.
Si has comido recientemente, espera un par de horas antes de meterte en
el agua. Si notas que el agua está muy fría una vez dentro y te cuesta
respirar, debes salir inmediatamente.
Los niños no conocen el peligro.
Son responsabilidad directa de los adultos y basta muy poca profundidad
de agua para que puedan ahogarse. El socorrista no es el cuidador de
tus hijos.
Ante cualquier situación de peligro, pide ayuda y avisa al socorrista
si lo hay. No hagas ningún rescate sin pensártelo dos veces. Debes
valorar tus posibilidades, conocer el medio y acompañarte de material
flotante si acabas haciéndolo. La persona mejor preparada
deberá hacer esa tarea, no dejes que la situación se convierta en dos
ahogados. Si eres tú quién está en peligro, mantén la calma, ya que el
cuerpo relajado y con aire en los pulmones es capaz de flotar.
Si existe un servicio de socorrismo,
debes respetar su normativa y cumplir con todas las indicaciones que
hacen. Ellos no prohíben, sino que trabajan para que tú descanses y
disfrutes con tranquilidad y seguridad. Percíbelos en el medio acuático
como una autoridad, así como lo harías en el terrestre con los cuerpos
de seguridad.
En la playa nunca bucees en fondos desconocidos, te alejes con la colchoneta o el patín o salgas a nadar con mucho oleaje, marea o fuertes corrientes.
Nadar en la piscina no es lo mismo que en aguas abiertas. Debes emplear un estilo diferente, una respiración más cortada y aumentar tu resistencia al oleaje.
En los lagos, ríos, presas y pantanos recuerda preguntar dónde es posible bañarse y dónde no. Existen peligros ocultos que quizás desconozcas.
Ante una situación de emergencia, debes ayudarte primero a ti mismo y luego a los demás.
El avistamiento de un ahogado
sucede cuando se observa en la distancia a alguien en el agua que
muestra señales de estar en problemas, o cuando se ha presenciado un
suceso y la víctima necesita ser auxiliada.
En el momento en que se produce un avistamiento es necesario hacer
una composición del lugar, es decir, analizar el entorno, los recursos
de los que se dispone (material de socorrismo, etcétera), el estado de
la víctima y qué técnica se usará para el rescate. Es fundamental
observar el estado del mar -si es una playa-, ya que si es demasiado
peligroso puede ser necesario aproximarse con una embarcación y no poner
en peligro una vida más.
Otro punto a tener en cuenta es no perder de vista a la víctima. Si es un pasajero que se ha caído de la embarcación, debe haber alguien señalando permanentemente el lugar donde se ha caído.
Aproximación a la víctima de un ahogamiento
Una vez hecha la composición del lugar, se decidirá la manera de aproximación a la víctima de ahogamiento. Las entradas al agua se pueden hacer de diversas maneras:
De cabeza: esta maniobra permite llegar a la víctima con
rapidez, pero solo es recomendable en piscinas profundas y aguas claras
donde se pueda visualizar el fondo. No se realizará en aguas turbias o
muy sucias.
Brazos en cruz con una pierna adelantada: se realizará en casos de
aguas turbias donde no se vea a través. Los brazos y la pierna
adelantada indicarán la presencia de obstáculos.
Sentados: en caso de víctimas de las que se sospecha lesión de
espalda, la entrada al agua debe ser suave, sin crear mucho movimiento
para evitar que el accidentado realice movimientos que sean más
perjudiciales para la lesión.
De pie: esta técnica es recomendable para lanzamientos desde gran altura.
Progresivo: en playas o lagos donde la profundidad vaya en aumento
se entrará corriendo hasta que el agua alcance una altura donde se pueda
nadar con comodidad.
Desde una embarcación: en este caso se debe tener en cuenta la
velocidad y la dirección a la que va la embarcación. La zambullida será
en dirección a la marcha y sin introducir la cabeza. Cuidado especial
con las embarcaciones de hélices.
Una vez el socorrista se encuentre a tres o cuatro metros de la
persona a auxiliar comprobará si está consciente y es capaz de seguir
órdenes. Es peligroso establecer contacto físico, pues la víctima suele
estar alterada y buscará en el auxiliador un punto de apoyo para
mantenerse a flote, poniendo en peligro ambas vidas. Ante todo, se ha de
mantener la calma e intentar tranquilizar a la
víctima. Si se observa que está inconsciente, el socorrista se
aproximará y realizará la técnica de salvamento conveniente.
Cada año en todo el mundo se producen muchos accidentes relacionados
con el medio acuático, ya sea en playas, piscinas, ríos y lagos, e
incluso en las bañeras de las propias casas.
Los accidentes relacionados con el agua son una de
las principales causas de mortalidad en niños de entre 1 y 4 años, y
muchos de estos accidentes y ahogamientos se pueden tratar a tiempo con
una actuación rápida y acertada.
Las técnicas del salvamento marítimo entran dentro
de la categoría de primeros auxilios, cualquiera con la formación
adecuada puede llevar estas actuaciones a cabo correctamente y evitar
así disgustos mayores.
Causas de ahogamiento en el medio acuático
En ocasiones se suele pensar que una persona solamente se puede
ahogar porque no sabe nadar, pero esta situación se da muy pocas veces.
En la mayoría de ocasiones suele haber una causa principal, por lo que
se deben conocer para imaginar las posibles situaciones que se puedan
encontrar a la hora de abordar el salvamento de la víctima:
Hidrocución (corte de digestión):
el shock por hidrocución se produce al entrar en contacto con agua muy
fría y provocar un desajuste térmico que el cuerpo no puede compensar y
la víctima, entre otras cosas, pierde la consciencia y se hunde.
Alcoholismo: la embriaguez provoca falta de concentración y escaso control de los movimientos.
Enfermedades: una persona previamente enferma (epilepsia, enfermedades cardíacas o respiratorias, etcétera) puede sufrir una crisis cuando está dentro del agua y ahogarse.
Traumatismos: sobre todo con los juegos, las zambullidas son una de las principales causas de lesión medular en piscinas.
Imprudencias: el error de sobrevalorar las
capacidades personales hace que se cometan imprudencias, como
introducirse en el agua en condiciones peligrosas, como en caso de
fuerte oleaje o corrientes intensas.
Desconocimiento: en ocasiones, el no conocer la zona donde nos estamos bañando es lo que la hace más peligrosa.
Un fraude masivo podría dejar sin título a decenas de socorristas
La Federación Andaluza de Socorrismo y Salvamento, o
alguien en su nombre, lleva casi un año emitiendo y promocionando
títulos que no sólo no tienen validez oficial, como proclamaban, sino
que no podían expedir por estar inhabilitados o dimitidos los miembros
de la anterior junta directiva. "Los títulos emitidos con fecha posterior a 19 de enero de 2017 no tienen validez
y se estudiarán las medidas necesarias en cada caso afectado", dice la
gestora de la Federación Andaluza en una nota. Sin embargo, las dudas
alcanzan a todos los certificados expedidos después de la
inhabilitación, que se hizo efectiva en mayo de 2016. Muchos jóvenes que
han obtenido acreditación de socorrista de la Federación pensando que
con él podrían trabajar en la campaña de verano podrían quedarse sin su
certificado.
El desgobierno de las enseñanzas no regladas y de las certificaciones para ejercer de socorristas, del que informó este medio hace meses, puede desembocar ahora en un fraude masivo.
Pese a que la federación quedó descabezada con la dimisión de sus
miembros y la inhabilitación de su presidente, algunas personas han
seguido entregando certificaciones en su nombre e ingresando dinero por
cursos que no podían validar. Por cada uno de esos títulos se pagaban 400 euros. Por cincuenta euros más, se entregaba también un título de monitor de natación.
La gestora, que tomó posesión el 19 de enero de 2017
ante el desgobierno en la Federación, es clara en su comunicado: los
títulos emitidos después de esa fecha no son válidos. Desde la gestora
prefieren no aventurar cuántos títulos estarían afectados. Pese a que no
lo aclare, las dudas se extienden también a gran parte de los expedidos
en 2016, porque la resolución que inhabilitó al presidente tiene
efectos desde el 16 de mayo de 2016. Según esa resolución, "desde esa fecha la FASS no cuenta con ninguna persona que legalmente pueda ejercer su presidencia".
Los cursos en el limbo se han realizado durante 2017, aunque las
certificaciones de algunos tienen fecha de 2016 y están, en algunos
casos, selladas por la Federación pero sin firma. Este mismo fin de
semana se ha realizado un curso en Reserva del Higuerón (Fuengirola),
publicitado como si estuviese impartido por la Federación. Fuentes del
sector ponen también en duda las convalidaciones de títulos TAFAD
(Técnico Superior en Animación y Actividades Físicas y Deportivas) en
licencias federativas que habilitaban para el ejercicio profesional del
socorrismo.
La actual gestora, nombrada por la Consejería de Turismo
y Deporte, también aclara que la entidad no tiene actualmente delegados
que la representen. Sin embargo, muchas de sus delegaciones (Málaga,
Sevilla, Marbella, Cádiz, Jerez de la Frontera o Huelva) han realizado
cursos de socorrismo en este primer trimestre de 2017, promocionándolos
en una web que los actuales responsables no reconocen como propia
(fassandalucia.com, ya sin servicio, en lugar de fassandalucia.es) y en
sus redes sociales, cuyas claves habrían seguido en mano de antiguos
responsables. Se han publicitado títulos de socorrista de apenas 40
horas presenciales (180 en total). Una fuente del sector cree que con
estos títulos se fomentaba "el intercambio de dinero por un certificado"
y se pregunta: "¿Qué ocurriría si se produce un ahogamiento en una
playa, una piscina o un parque acuático donde el socorrista no cuenta
con titulación válida?".
La Federación, en proceso de desintegración
La Federación Andaluza está inmersa en un proceso de desintegración que
arranca con las denuncias, reiteradas durante años, del uso desleal que
se hacía de ella. Después de investigar durante dos años,
el Comité Andaluz de Disciplina Deportiva inhabilitó al presidente de
la Federación, Juan José Sánchez Maspons, por la "expedición fraudulenta
de licencias". Era el único que aguantaba de su junta
directiva, dimitida a finales de 2015. En la resolución del Comité, con
efectos desde el 16 de mayo de 2016, y a la que ha tenido acceso eldiario.es/Andalucía,
se detalla cómo la Federación había expedido licencias deportivas para
una actividad profesional como el ejercicio del socorrismo.
Una fuente de la gestora asegura que pretenden que a partir de ahora el
deporte sea "la base de la estructura federativa". Los anteriores
responsables, Sánchez Maspons y su equipo aprovecharon la doble
naturaleza de la federación (de utilidad pública y privada, según su
actividad) para, según la resolución, expedir "licencias para el
socorrismo acuático, que es una actividad profesional y no deportiva", y
convalidar en licencias deportivas "actividades privadas ajenas al
ámbito deportivo" mediante convenios suscritos con varias empresas. El
gancho era la pátina de oficialidad que le daba su carácter federativo y
el sello de la Junta de Andalucía, que utilizaban recurrentemente pese a
las advertencias en contra del Defensor del Pueblo Andaluz.
Condena por competencia desleal y publicidad engañosa
De esta forma, la Federación Andaluza utilizaba expresiones como
"título oficial" o "único título validado", lo que le ha valido, además
de la inhabilitación administrativa, una reciente condena por competencia desleal y publicidad engañosa en el Juzgado Mercantil 2 de Málaga.
En la sentencia, dictada el 17 de enero, el juzgado concluye que la
Federación emitía títulos de "Técnico en Salvamento y Socorrismo, para
los que no tiene competencia". Además, pese a impartir cursos que no
estaban ni siquiera homologados o subvencionados por la Junta de
Andalucía, la Federación Andaluza utilizaba el logo de la administración
autonómica y de la Unión Europea, lo que constituye un "claro supuesto de publicidad engañosa" haciendo creer a los clientes que obtenían títulos oficiales.
El sistema aprovechaba el vacío en la regulación de esta profesión, en
la que lo mismo ejerce un graduado en Ciencias de la Actividad Física o
un técnico superior, que quien ha obtenido un certificado de entidades
privadas sujetas a unos requisitos que ni la propia administración es
capaz de aclarar. Un miembro de la actual comisión gestora resume un
sentir generalizado: hay un vacío que da margen para que "muchas
empresas y cualquier entidad con nombre "salvamento" monten su
chiringuito. Mañana viene alguien que dice que imparte cursos, y
adelante".